Empresa

8 razones para evitar que tus empleados abandonen tu empresa

Si eres directivo o responsable de un departamento de recursos humanos, seguro que sabes que encontrar empleados con talento es uno de los retos más importantes a los que se enfrentan las empresas. Sobre todo, para las empresas que son conscientes de que su capital humano es uno de los principales valores en los que se fundamenta el éxito empresarial. Por eso, saber encontrar al personal adecuado mediante un departamento de recursos humanos eficiente, y sobre todo, mantener al empleado con talento, es uno de los grandes retos a los que deben enfrentarse las organizaciones si quieren evitar que sus empleados más efectivos decidan abandonar su puesto de trabajo para marcharse a trabajar para la competencia.

Aún así, hay muchas empresas que todavía no se han dado cuenta de la importancia que tiene tener contento a su personal para que no reduzcan su productividad o incluso para no perder a sus mejores trabajadores.  De hecho, cuando los empleados no están contentos con el ambiente laboral o con el comportamiento de sus jefes, van perdiendo interés por sus tareas, a la par que pierden productividad. Si quieres crear un buen ambiente laboral y que tus trabajadores más eficientes no terminen abandonándote, puedes seguir estos consejos que el presidente de TalentSmart, Travis Bradberry, ha dejado en LinkedIn  en una miniguía que te resumimos hoy con consejos para evitar que los mejores empleados hagan las maletas y se marchen con sus conocimientos a otra empresa, y que te servirá para  completar los consejos que dimos hace unas semanas para ser un buen directivo.

1. La igualdad no es positiva 

No hay cosa más desmotivadora para un trabajador que ver como un superior trata por igual a buenos y malos trabajadores. No se trata de discriminar a nadie, se trata de reconocer el trabajo del empleado más eficiente y productivo.

2. No reconocer el trabajo bien hecho

Ordenador

Como prolongación del primer punto, solo hay un aspecto que quema más al empleado que tratar por igual a empleados buenos y malos. Y se trata de no reconocer el trabajo bien hecho y el éxito. Realmente, al directivo no le cuesta nada felicitar al trabajador por los resultados obtenidos, ya que con una felicitación o una palmadita en la espalda, el empleado se sentirá feliz y motivado para seguir apuntándose tantos para él y para su empresa.

3.  Ascender a gente equivocada

Por amiguismo, por intereses personales o por una deficiente política de personal, en muchas empresas o instituciones se contrata a gente equivocada, o se asciende a personas que en abosoluto se lo merecen, en detrimento de personas que han puesto todo su empeño por sacar adelante la empresa. Este tipo de prácticas, voluntarias o no, minarán la moral de sus empleados más eficientes, y a la larga, puede provocar su marcha si la frustración le invade y considera que su trabajo no se ve recompensado.

4.Cargar a los empleados con demasiado trabajo

El trabajo desproporcionado es ua auténtico lastre para los empleados. Y para muchos directivos, es tentador mandar más trabajo del que sus empleados pueden llevar sobre sus hombros. Al final, muchos estudios confirman que la productividad desciende contra más horas de trabajo se realizan. Según la Universidad de Stanford, la productividad por hora desciende de forma radical cuando se excenden las 50 horas semanales. Si se quiere sobrecargar de trabajo a los empleados con más talento, una solución podría ser aumentar su status en la empresa, o su sueldo,  con lo que por lo menos, verían recompensada su trayectoria profesional.

5. No mostrarse humano

Puede que parezcamos fríos  y que pasamos de todo, pero el tener un jefe frío que no muestra preocupación alguna por sus empleados afecta en gran medida a los trabajadores. En este sentido, es complicado pasar al menos ocho horas al día sin involucrarse personalmente y sin que se preocupe de nada que no sea él mismo. A la larga, esta relación jefe – empleado quema a este último y le hace perder interés.

6. No cumplir sus promesas

En un mundo en el que las promesas y las palabras están cada día más devaluadas, los jefes deben saber mantener su palabra ante sus empleados si quieren ganarse su respeto y no provocar frustraciones innecesarias que pueden provocar la marcha del empleado tras sucesivos incumplimientos. Por eso, si un jefe o directivo se ha comprometido con algo, y no cumple con sus promesas, los empleados le al final le perderán el respeto, llegando a la conclusión de que si el jefe no cumple con los compromisos adquiridos, el resto de la plantilla tampoco tiene porqué cumplirlas.

7. No permitir momentos de desconexión

Una empresa está para ganar dinero, pero eso no significa que el empleado deba estar calentando la silla doce horas diarias.  Es importante dejar libertad al empleado, valorando más la productividad y su capacidad para entregar el trabajo en un plazo que el hecho de que esté sentado en su mesa para aparentar frente al jefe. Libertad y creatividad, de la que ya se goza en muchas empresas tecnológicas,  frente a la silla caliente a la que se está acostumbrado en muchas empresas que todavía no han dado el paso de intentar hacer un poquito más felices a sus empleados para generar mejor ambiente y mejorar los niveles de productividad.

8. No dejar volar sus pasiones

Los empleados comprometidos con alguna causa suelen ser pasionales, y a la par, tienen mayor tendencia a la creatividad y a ser productivos para sacar adelante todos los proyectos en los que están metidos. Por eso, para Travis Bradberry,  una buena estrategia puede ser, frente a la tendencia de aislar al empleado del mundo exterior durante la jornada laboral, dejarle un porcentaje del tiempo para pueda dedicarlo a proyectos personales, que además, pueden ser incluso beneficiosos para la empresa.

 

 

 

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