OpinionesPolítica y Sociedad

¿Laico o anticlerical?

Artículo de opinión de Mª Ángeles López Artal

Hace más de 2000 años, cuando todos los caminos llevaban a Roma, la calzada romana que unía Osca con Cesaraugusta, se llamaba “Vía Lata”. Para el cómodo y necesario saneamiento espiritual de los viajeros, las calzadas contaban con pequeños templos o fanum en los que se podía pedir apoyo a Diana, reina de las carreteras, a Mercurio, dios del Comercio y a otras deidades. La Ermita de “La Violada” que está a la altura de Gurrea de Gállego, toma su nombre de aquella “Vía Lata” y quién sabe si puede estar en el mismo sitio en el que en su día hubo un fanum.

El proceso de transformación de la divinidad y la creencia pagana en la reliquia y creencia cristiana fue muy duro. Roma utilizó su poder omnipresente para eliminar a herejes e infieles sin embargo, sin ánimo de parecer frívola y con perfecto conocimiento de la crueldad llevada a cabo en este proceso, os aseguro que, desde la distancia y observando la realidad que hoy desfila delante de mis ojos, da la impresión de que, más que luchar contra él, el cristianismo se basó en las costumbres del paganismo para introducirse y calar en la sociedad del momento. Así por ejemplo, San Juan Bautista coincide con el solsticio de verano, el día pagano de culto al Rey Sol y el 15 de Agosto, día de la Asunción, se celebraba el culto pagano de la diosa luna y reina del cielo, con objeto de evitar fuertes tormentas en la víspera de las cosechas.

Zaragoza

Hoy asistimos a un nuevo proceso de transformación de la sociedad católica que no tiene nada que ver con aquel represivo y violento cambio del pasado. Sin embargo, repitiendo el simple ejercicio de interpretar la realidad que desfila delante de mis ojos, observo un tránsito que siendo pacífico en su prédica y válido en su fundamento, resulta contradictorio, irrespetuoso y hasta beligerante a la hora de materializarse en hechos. El laicismo, que en su manifiesto representa independencia del Estado frente a la religión, debe respetar el derecho al ejercicio de cualquier confesión así como la libertad al culto. En España se está convirtiendo en un auténtico ataque a la religión católica, tanto es así, que ya se extiende una falsa definición de laicismo como sinónimo de anticlericalismo.

No se puede ser garante de la libertad religiosa felicitando el ramadán y prohibiendo una misa. Las mismas personas que desde su posición política apoyan explícitamente al Islam como religión de paz, se desnudan en un altar de una Iglesia católica exigiendo su desacralización. Otro consistorio estudiaba la idoneidad de una gran mezquita central en su ciudad y casi en paralelo gastaba dinero público en una campaña publicitaria anticlerical, ahora llamada pro laica. El pasado fin de semana, le rompieron la nariz a una religiosa en Granada, “por monja”. En los mismos días, intentaron quemar la capilla de la Universidad Autónoma de Madrid. Así están las cosas.

No sé cómo acabaremos y cuantas generaciones pasarán hasta ver un panorama estable y socialmente aceptado. Eso sí, la conmemoración que no nos la quiten. Siempre habrá alguna excusa para celebrar algo. Si nos quitan nuestras festividades, podremos celebrar los días internacionales de las Naciones Unidas así que, en ausencia del día de San Juan, el 23 de junio es el Día internacional de las viudas. Si no celebramos la víspera del día del Pilar, el 11 de octubre es el día internacional de la niña. Confío por otro lado en que no se mantenga la costumbre de poner al neonato el nombre de la celebración del día porque si naces el 2 de mayo, día internacional del Atún, podrían hacerte una desfeita.

M. Ángeles López Artal. Economista


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