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10 Pequeños grandes gestos para ahorrar en tu día a día

Con las vacaciones a la vuelta de la esquina, la declaración de la renta y el comienzo de la temporada de bodas, más de uno se echa las manos a la cabeza pensando cómo le van a salir las cuentas para seguir engrosando su hucha de ahorros. O peor aún, la tiene completamente vacía.

  • Ahorrar es fundamental para el futuro y aunque estés en una situación precaria, hay una serie de costumbres que tenemos asimiladas que constituyen un agujero en nuestro bolsillo. No te vamos a descubrir la cuadratura del círculo, pero quizás te hagamos reflexionar para cambiar ciertos hábitos para ayudarte al ahorro.
  • Reduce tu consumo de tabaco y alcohol. O mejor aún, déjalos No son buenos para la salud, pero si echas números te darás cuenta de todo lo que suponen al año. Y si optas por seguir haciéndolo,  pásate a la cerveza y al tabaco de liar.
  •  Planifica tus compras de ropa. ¿Qué está de moda? ¿Qué me queda bien? ¿Qué me voy a poner de lo que tengo en mi armario? Por muchos chollos que encuentres, al final acabamos recurriendo a las mismas prendas. Si eres capaz de dar con unos básicos y además los compras en rebajas, acertarás de pleno.
  • Cambia el menú del día por el tupper. No te decimos que lo hagas siempre, pero cocinar para la semana es sano y barato.
  • Consume productos de temporada y a granel, es decir, compra solo lo que necesitas y como lo necesitas.
  • Revisa tu ocio: ¿De verdad necesitas Spotify de pago? ¿Y Netflix? Desde luego, si eres un fanático del cine o la música, es más barato que asistir a conciertos, comprar discos o ir al cine, pero a veces no los amortizamos. Si te decantas por seguir con ellos, revisa los planes familiares.
  • Vuelve a la biblioteca. Si te gusta leer, no hace falta que te compres todos los libros, también puedes relajarte en la biblioteca y dejarte llevar por su catálogo.
  • Si eres de esos que no pueden vivir sin la caña después de trabajar o el café a media mañana, plantéate la saludable opción de llevar una infusión en un termo. O tomarlo en casa.
  • Comprueba tu extracto bancario: ¿Qué parte destinas al ocio? ¿A la comida? ¿Hipoteca? Además de todo esto, descubrirás comisiones que te hagan pensarte dos veces si merece la pena cambiarte de cuenta, cancelar productos o incluso de banco.
  • Siguiendo con los papeles, es momento de revisar tus facturas:  ¿Gastas todos esos megas de tu tarifa telefónica? ¿Necesitas esa potencia contratada?

No es cuestión de irse a vivir a una cueva, pero si estamos en un momento de apretarse el cinturón, todos estos consejos no cambiarán sensiblemente nuestro día a día, pero sí nuestra cuenta bancaria.

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